Tiempo para Patricia. Día 66

Esa mañana Patricia se miró en el espejo del ascensor y se asustó a si misma. ¡Qué pelos! Necesitaba teñirse con urgencia y hacer algo con esas puntas.

Llevaba semanas intentando sacar un momento para ir a la peluquería pero no había manera. Tenía que hacer horas extra en el trabajo y miles de recados que siempre eran más importantes que ella.

Un día al salir de la ducha pensó:

Total, con estos pelos ¿para qué voy a maquillarme?

Cada vez se cuidaba menos. Lo peor, es que se cuidaba tan poco por fuera como por dentro. Bebía más café que agua, comía todo precocinado, los días que comía y dormi… poco y mal.

Sabía que no podía seguir así y el martes llamó para coger hora en la peluquería. Media hora antes de ir, la llamaron para que fuese a buscar un encargo de su madre y por supuesto, no fue a la peluquería, ese día ni ninguno de los siguientes.

Meses más tarde, conduciendo de camino al trabajo, se saltó la salida hacía el polígono dónde estaba su empresa. ¡Qué despiste! Se saltó la siguiente salida y la siguiente y la siguiente…No sabía a donde iba ni porque no podía parar. Su cuerpo había tomado el control y la llevó directa a un SPA a unos 200 km, al que había planeado ir un millón de veces pero al que nunca había ido por cosas «más importantes» que hacer.

Al llegar, mando un mensaje al trabajo y a su familia, dejó el teléfono dentro de la guantera y se dejó cuidar durante toda una semana.

Cuando regresó, había cambiado por dentro y por fuera. Los demás lo notaron en su pelo sedoso, en su piel reluciente, en sus ojos descansados y sobre todo, en la primera vez que dijo amablemente:

-No, hoy tengo hora en la peluquería. Me encargaré de este asunto mañana por la mañana.

Todos se sorprendieron al oír aquello. ¡Ella la primera! Y de lo que más se sorprendió Patricia, es de que no pasó nada. A nadie le importaba si lo hacía esa tarde o al día siguiente. La presión y la angustia con la que había vivido, se la había impuesto ella misma.

Desde entonces, Patricia, es mucho más eficaz en el trabajo, disfruta del tiempo con su familia y amigos y cuida de sí misma como el tesoro que ahora sabe que es.

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