Hoy es un día estupendo. Pensó nada más despertarse.
Todo iba como la seda hasta que se le ocurrió la inocente idea de compartir con los demás su felicidad. En el mismo momento en que hizo público que estaba de buen humor, algunos de su entorno se encargaron de que eso cambiara.
Se dio cuenta de su intención, dijo para sí «serán tristes desgraciados», se puso música y continuó su jornada.
Me gustaría decir que no le afectó pero al final su «buen día» se quedó en «normalito tirando bajo».
Por lo menos ahora sabe dónde y con quién no compartir su felicidad.
ES TRISTE PERO CIERTO. ¿QUÉ NOS ESTÁ PASANDO?
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Que al parecer medimos la felicidad en comparación a los demás y es más fácil bajar los niveles del de al lado que subir los nuestros. Así nos va…
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Conmigo puedes compartirla siempre. Tu felicidad me hace feliz. Un abrazo amor.
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