Tristes desgraciados Día 189

Hoy es un día estupendo. Pensó nada más despertarse.

Todo iba como la seda hasta que se le ocurrió la inocente idea de compartir con los demás su felicidad. En el mismo momento en que hizo público que estaba de buen humor, algunos de su entorno se encargaron de que eso cambiara.

Se dio cuenta de su intención, dijo para sí «serán tristes desgraciados», se puso música y continuó su jornada.

Me gustaría decir que no le afectó pero al final su «buen día» se quedó en «normalito tirando bajo».

Por lo menos ahora sabe dónde y con quién no compartir su felicidad.

 

 

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