Una pequeña GRAN diferencia. Mayo

Celia no tenía opiniones propias. Siempre había sido así y a ella no le importaba.

Si estaba en grupo dónde todos decían X, ella decía X. Si al día siguiente su familia decía J, ella decía J y si había algún tipo de discusión, ella simplemente, no decía nada.

Celia no tenía opiniones propias y no le importaba. Bueno, al principio no le importaba pero con el tiempo la cosa cambió.

Ahora le dolía cuando se limitaba a dar la razón a los demás sin saber si era aquello lo que pensaba o no. Pero… ¿Cómo aprender a opinar? Preguntó a algunas amigas cercanas pero no supieron explicárselo, para algunas era tan normal como el comer y las otras, se encontraban en su misma situación.

Decidieron ir juntas a descubrir el método para opinar.

Se juntaron en un café para preparar un plan y repartirse las tareas. Buscaron cursos, libros y vídeos sobre la materia y contactaron eminencias en el mundo de la opinión.

Pasaron semanas y parecía que no llegaban a ningún lado. Se podía sentir el desánimo en el grupo…

-Chicas, puede que esta sea la última vez que venga. Ya lo siento pero no estamos sacando nada en claro.

-Espero que con la charla de la semana que viene descubramos algo. Creo que va a ser muy interesante.

Yo opino que deberíamos continuar. ¡Espera, espera! yo opino ¡YO OPINO!

Todas se miraron unos segundos y empezaron a reír. Llevaban todas esas semanas opinando sin darse siquiera cuenta.

Al final, llegaron a la conclusión de que su problema no era opinar. Su problema era que a la gente que hasta ahora habían tenido alrededor, no les importaba lo que pudieran pensar. En opinión de todas, aquella, era una pequeña GRAN diferencia.

2 Comments

  1. Importante poder transmitir nuestra opinión, de forma asertiva y clara.
    Es posible que a todos no les guste y ahí también entra su derecho a expresarlo igualmente de forma as y respetuosa.
    Me ha gustado mucho el relato

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