¿Qué más se puede pedir? Día 22.

Siempre se sentaba en la mesa de la esquina y pedía un café con leche y dos churros. Mientras desayunaba leía el periódico y miraba por la ventana. Al pagar, les deseaba a todos un buen día y emprendía su camino.

De los clientes habituales, siempre le pareció el más simpático. Aunque verdaderamente, no sabía mucho sobre él. Hablaban del tiempo, de las noticias y de lo loco que está el mundo. No sabía si tenía mujer ni hijos, si le gustaban los animales, su lugar de nacimiento u otras cosas básicas. Se dio cuenta de este desconocimiento, cuando al llegar por la mañana a su bar, en la ventana por la que siempre miraba este hombre había un cartel de «se busca» con su fotografía y su nombre. Se llamaba Pedro. Al parecer, padecía una enfermedad degenerativa y un día no supo volver a casa.

Pasaron semanas sin noticias suyas. Al final se armó de valor y llamó al número que aparecía en el cartel. Contestó el hijo mayor. Pedro tenía 3 hijos, ahora lo sabía.

Él no llamaba para dar información sobre el paradero de su padre, sino para preguntar por él y decirle a la familia que en el bar se le echaba de menos.

Se alegró al oír que lo habían encontrado hace dos días, estaba en observación pero sano y salvo.

Una semana más tarde lo vio entrar por la puerta del bar, del brazo de uno de sus hijos. Pedro, preguntó con su sonrisa de siempre, dónde solía sentarse y que le gustaba tomar. Ese día no se acordaba. Con los ojos humedos, preparó su café con leche y dos churros y los guió hasta la mesa de la ventana.

Cuando volvía hacia la barra, dio media vuelta, esta vez no cometería el mismo error. Se sentó con ellos y conversaron de verdad. Descubrió quien era el antes conocido como «el señor de la mesa de la esquina». Pedro, padre de familia, fiel esposo, maestro jubilado de escuela, original de Soria, amante de los animales y adicto a los caramelos de miel.

Desde entonces cada vez, que un cliente nuevo entra en el bar, recibe junto con su bebida, una presentación amistosa y una mirada realmente interesada por su vida y su persona. ¿Qué más se puede pedir?

11 Comments

  1. Precioso, Elisa. Me ha emocionado mucho. Las dos veces que lo he leído se me ha escapado una lagrimita. Lo mejor de estas historias que nos cuentas es que están dejando ver lo que hay dentro de ti y mostrando la maravillosa persona que eres. Te quiero, y estoy muy orgullosa de tí.

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  2. Cada día busco y disfruto este café contigo, es un momento mágico, y éste desde luego lo ha sido, cada día nos dejas con algo importante en lo que pensar. Cuantas personas nos rodean y no sabemos nada de ellas. Algo debemos cambiar. Un beso muy fuerte y muchas gracias

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  3. A mí me gusta la gente, y más si son de Soria, claro!! jajjaaj Buen cuento, Elisa. Emociona, porque nos importan las personas, es importante amar y respetar a los animales, pero realmente lo que queremos y buscamos está siempre en el fondo del Ser Humano. Sigue…

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  4. Dejo aquí este pequeño texto que publicó en su facebook Lola León el mismo día que salió este post. Se lo comenté y me lo ha enviado para que lo incluya de su parte. Gracias Lola.

    LAS TRES HADAS.
    Esta mañana desayune con una d mis hermanas y mi hijo Sergio, en un lugar precioso q os recomiendo.
    » Las tres hadas», se llama. Están en La Alberca, justo en una esquina, al lado d la plaza d Abastos.
    El sitio es realmente bello, y acogedor. Mis ojos se iban hacia todos lados, armonía, luz, color…un despliegues detalles q me alimentaban más q el desayuno en si.
    Me dice mi hijo, mama, pasa al baño…😍
    Al irnos, le digo al camarero sin saber q era el dueño. Enhorabuena por este lugar… q decoración tan armónica y bonita…
    Has usado el feng shui?. A lo que me responde: » Que es eso?
    Ha salido todo de mi ( se señala a la cabeza).
    Y le digo emocionada. Pues más enhorabuena todavía. Vaya lo q llevas dentro d tu cabeza…
    y empieza a contarnos, cada detalle y q lleva un año d trabajo… Que el nombre es en honor a su hija, la q ha echo el dibujo q tiene en la puerta. ( con lo q me gusta fotografiar momentos… no tengo la foto)

    Os cuento esto para animaros a ir. No tiene todavía tarjetas.
    Y me ha llegado al alma el lugar y la persona.
    Sus ojos brillaban d emoción, me dice. Te agradezco mucho tus comentarios, acaban d irse unos clientes porque no los hemos atendido a tiempo… y me he quedado mal.
    Y le cuento, como yo, esta mañana me encontraba y lo q me ha dado el lugar.
    Y le digo, sabes? Tendrás los clientes que disfruten y sepan apreciar este lugar y tu atención.
    Hay quien consume lugares, como todo, y hay quien los vive y los disfruta.
    Mucha suerte… y así nos hemos ido.
    Feliz como una perdiz, de encontrar lugar/ local con alma…
    «El café de las tres hadas». ( se llama el lugar)

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